Tras la reciente celebración del CES se ha vuelto a comprobar como el mundo del automóvil pasa por una revolución donde los datos de los conductores cobran cada
Miller y Valasek demostraron una vez más en Black Hat que se pueden aprovechar vulnerabilidades en los automóviles para tomar el control de alguno de sus sistemas.
Una nueva vulnerabilidad en un coche conectado demuestra que aun queda mucho trabajo por hacer hasta conseguir un vehículo seguro frente a ataques remotos.
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