Sexo, WhatsApp y vídeos indecorosos

Es sin duda uno de los temas de la semana (junto con la tristeza de Cristiano Ronaldo). El vídeo erótico de Olvido Hormigos, concejal socialista de Los Yébenes, población de Toledo, España, que ha levantado la polémica y se ha convertido en tema de conversación en varios ámbitos. No será el último, pero tampoco es el primero.

Hace relativamente poco conocimos cómo una abogada brasileña, Denise Rocha Leitao, asesora del Senado, fue despedida tras conocer la existencia de un vídeo erótico en la que ella era la protagonista y mantenía relaciones sexuales con su exnovio, también funcionario público.

Y todos recordaremos a Ilse Uyttersport, alcaldesa belga del Partido Popular Europeo, que también protagonizaba un vídeo en el que aparecía manteniendo relaciones sexuales en el torreón del Palacio Real de Olite.

Eso por no nombrar el relativamente reciente caso de Karina Bolaños, ex viceministra de Cultura y Juventud de Costa Rica, que también tuvo sus quince minutos de gloria al protagonizar un vídeo erótico colgado en YouTube con un mensaje apasionado y supuestamente privado a su pareja.

Tanto es así, que en la Red se empieza a especular sobre un posible complot contra políticas mujeres, como si alguien interesado en su desprestigio anduviera a la caza y captura de estos vídeos. Pero, a veces, la explicación más plausible es la acertada, y suele ser la más sencilla: en la mayoría de las ocasiones, se trata de las consecuencias de un uso inadecuado de la tecnología.

En este mismo blog hemos visto casos recientes como la publicación en Twitter de la foto de la esposa del exportero Cañizares mientras se duchaba en su casa…, así que esta nueva noticia no nos pilla por sorpresa. A pesar de que la integración de la tecnología, especialmente la que tiene relación con las comunicaciones, ha supuesto muchas ventajas en nuestro día a día, esto también ha hecho que mucha gente no tenga en cuenta los riesgos de una mala utilización.

Una de las primeras víctimas de esta integración de la tecnología en nuestra vida diaria ha sido la privacidad. A día de hoy, la mayoría de nosotros disponemos de perfil en alguna red social donde, en mayor o menor medida, contamos nuestras vivencias a un grupo amplio o reducido de conocidos… Bueno, y a otras personas que no lo son tanto. El problema viene cuando perdemos el control de aquella información que consideramos privada y que nunca debería salir de nuestro círculo más íntimo.

El caso del polémico vídeo que tanto está dando que hablar estos días ha salido a la luz porque se trataba de un cargo público, pero es solo uno más de los cientos que se producen cada día. Desde adolescentes que practican el sexting a adultos que quieren practicar sus dotes exhibicionistas, todos ellos tienen una falsa sensación de privacidad que, una vez que la fotografía o el vídeo abandonan el dispositivo donde se grabó, no se corresponde con la realidad.

Comenzando por los sistemas de mensajería móvil como WhatsApp, tan popular hoy en día y que hasta hace pocas semanas no cifraba sus comunicaciones, y siguiendo por las redes sociales, todos ellos son posibles vectores de filtrado de información privada que a ninguno de nosotros nos gustaría hacer pública.

También podría darse el caso del robo de información cometido directamente en los dispositivos o usando técnicas más o menos avanzadas de intercepción de las comunicaciones. Hasta algo tan aparentemente inofensivo como son los metadatos de una imagen o un documento puede ponernos en más de un apuro si no andamos con cuidado, tal y como el investigador Chema Alonso nos recuerda constantemente.

Debemos ser conscientes de que, actualmente, corremos el riesgo de ver cómo nuestra imagen pública se deteriora en un instante bien por publicar algo de mal gusto en redes sociales, o porque se interceptan nuestras comunicaciones, o bien porque perdemos o nos roban nuestros dispositivos móviles con información confidencial en ellos.

Para evitarlo, desde ESET España reiteramos la necesidad de tomar una serie de precauciones que nos ahorrarán más de un disgusto:

1.- Pensar siempre dos veces si lo que vamos a publicar en una red social puede volverse en nuestra contra. Especialmente peligroso es no ser consciente de nuestros actos por estar bajo los efectos de alguna sustancia -como el alcohol- y disponer de un smartphone con conexión a la red.

2.- Evitar consultar o trabajar con material confidencial cuando estamos conectados a redes Wi-Fi públicas que no cuenten con un cifrado adecuado (todo lo que no sea WPA2, básicamente).

3.- Cifrar nuestros dispositivos móviles para que, en caso de pérdida o robo, no se pueda acceder a datos almacenados que nos podrían poner en una situación comprometida.

4.- Por último, si no queremos que nuestra imagen pública se vea dañada, el mejor consejo es evitar realizar cualquier acción que pueda suponer un problema. Especialmente si lo hacemos en público, ya que, muy probablemente, haya varias cámaras dispuestas a grabar nuestro momento embarazoso.

Con estos consejos y un poco de sentido común podemos evitar terminar en situaciones incómodas que nos persigan durante mucho tiempo, más aun sabiendo lo que cuesta actualmente eliminar una información comprometedora o vergonzosa de los buscadores de  Internet.

@JosepAlbors

@yolandaruiz

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