Las novias rusas contraatacan con una nueva campaña de spam

Hoy andamos medio revolucionados con todo el barullo del fin del mundo supuestamente predicho por los mayas y que, según algunos apocalípticos, supone el final de los días, el armageddon, el resurgir del gran Cthulhu y la vuelta de Leticia Sabater a los escenarios.

Probablemente por estas previsiones catastrofistas, algunos ciberdelincuentes han pensado que no estaría mal que pasásemos nuestros últimos momentos en la Tierra en buena compañía y, durante las últimas horas, no paramos de recibir en nuestro laboratorio cientos de correos spam con proposiciones de bellas señoritas rusas que nos invitan a conocerlas.

Nosotros, que no sabemos decir que no a una bella damisela, decidimos seguir las indicaciones del correo y ver qué nos ofrecen estas amables señoritas que tan gentilmente se han puesto en contacto con nosotros para aportar algo de luz a nuestro laboratorio, donde apenas vemos la luz del sol y se nos alimenta por una rendija con pescado crudo (amo bueeeeeeeno, síiiiii, el amo nos cuida, síiiiii).

A primera vista la cosa promete, ya que solo nos piden unos sencillos datos que proporcionamos sin pensarlo dos veces y así poder observar los perfiles de estas señoritas del Este, con la esperanza de entablar interesantes conversaciones sobre la filmografía de Andréi Tarkovski a la luz de una vela.

Así que, ni cortos ni perezosos, empezamos a ver los perfiles de nuestras futuras conquistas hasta que encontramos una que destaca por su elevado nivel de estudios, amor por los animales y amante de la literatura española de la generación del 27. Todo un descubrimiento, vamos.

Pero claro, nuestro sentido arácnido interrumpe incluso en los momentos más románticos, y cuando ya nos imaginábamos compartiendo una velada romántica navegando por el Volga con tan entrañable señorita, vienen a nuestra mente casos anteriores donde también teníamos como protagonistas a estas bellas mujeres.

Así que, antes de entregar nuestro corazón a esta damisela, y recordando el caso Deusto, decidimos hacer una búsqueda en Google por si esta foto estuviese apareciendo en más sitios, comprobando tristemente que así es y que perdemos otra oportunidad de encontrar a nuestra media naranja.

Al final, no podemos más que lamernos las heridas sufridas en nuestro roto corazón al comprobar que esta nueva campaña de envío masivo de correos es otra artimaña orquestada por ciberdelincuentes que no tienen en cuenta nuestros sentimientos y solo quieren nuestro sucio dinero.

Como en otras ocasiones, si hubiésemos caído en la trampa y empezado una relación online, no hubiese pasado mucho tiempo para que nuestra supuesta señorita rusa (cuyo nombre verdadero seguramente sería Igor o Vladimir y tendría más espalda y pelo que nosotros) empezase a pedirnos efectivo para así poder visitarnos, viaje que jamás se produciría.

Que sigan sucediendo casos como el que acabamos de comentar demuestra que esta vieja técnica de engaño sigue dando sus frutos y que aún hay infelices que muerden el anzuelo. Por nuestra parte, regresaremos a las catacumbas donde tenemos nuestro laboratorio a comernos una jugosa merluza cruda para celebrar la Navidad junto a nuestro tesoooroooooooo.

Josep Albors

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