Cuidado con el correo no deseado

El consejo de hoy se ha repetido hasta la saciedad prácticamente desde que se extendió el uso del correo electrónico entre los usuarios de Internet. A todos nos molesta abrir nuestra bandeja de entrada y encontrarnos con decenas (cuando no cientos) de molestos correos no deseados que entorpecen nuestro trabajo y hacen que perdamos el tiempo clasificándolos y eliminándolos.

Además de las típicas cadenas de correos que nos piden que los reenviemos a todos nuestros contactos, el spam también ha sido usado durante mucho tiempo por los ciberdelincuentes para propagar amenazas adjuntas a los mensajes o, como mínimo, enlaces de dudosa procedencia que pueden dirigir a webs infectadas.

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Desde hace un tiempo, la fina barrera que diferenciaba el spam como algo simplemente molesto a algo malicioso se ha ido borrando y, en la actualidad, prácticamente van cogidos de la mano. Ejemplos hay muchos, desde la venta de medicamentos en tiendas online que están alojadas en webs comprometidas, pasando por las típicas estafas de las novias rusas hasta llegar a las más recientes encuestas online.

Es por eso que debemos tratar todo tipo de correo no deseado como potencialmente malicioso, ya que lo que a primera vista puede parecer una inocente broma o un bulo, puede llevarnos a pulsar sobre un enlace o descargar un fichero que termine infectando nuestro ordenador.

También hemos de desconfiar de aquellos mensajes no solicitados desde remitentes de confianza que puedan parecernos sospechosos. En la actualidad es muy fácil suplantar la identidad de alguien por correo electrónico y no detectarlo a menos que se revisen las cabeceras de los mensajes, algo que, admitámoslo, la mayoría de los usuarios no hace.

Para evitar tener disgustos, lo mejor es eliminar sin contemplación cualquier tipo de correo no solicitado, por muy atrayente que sea el asunto, desconfiar de los enlaces y adjuntos que se proporcionen en este tipo de correos y, en el caso de recibir un correo sospechoso de alguno de nuestros contactos de confianza, asegurarnos primero de que el remitente ha enviado realmente ese email.

Siguiendo estos sencillos consejos evitaremos muchos disgustos, pero hemos de recordar que los ciberdelincuentes han aprendido mucho en los últimos años y puede que usen información personal nuestra encontrada en redes sociales para personalizar un ataque dirigido que use el correo electrónico. Es por ello que debemos estar siempre vigilantes y no bajar nunca la guardia.

Josep Albors

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